El último informe del Ministerio de Ciencia revela que la participación femenina en investigación y desarrollo sigue creciendo en España. Aumenta el número de investigadoras, la presencia en puestos de liderazgo y la conciencia institucional sobre la igualdad.
La ciencia española tiene rostro de mujer más que nunca. El informe Científicas en cifras 2025, publicado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través del Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación (OMCI), ofrece una radiografía precisa del avance de las mujeres en la investigación nacional.
Los datos más recientes confirman una tendencia sostenida: las mujeres ya representan el 43,5 % del personal investigador en España, un aumento de más de dos puntos respecto al informe anterior. España se sitúa así entre los países europeos con mayor proporción de investigadoras, por encima de la media de la Unión Europea (41,1 % según Eurostat).
El documento también resalta un cambio cualitativo: crece el número de mujeres en posiciones de liderazgo y decisión dentro del sistema científico y universitario. Las investigadoras principales de proyectos financiados por convocatorias nacionales alcanzan el 38 %, y la presencia femenina en los comités de evaluación científica ha pasado del 34 % al 44 % en apenas cinco años.
Más mujeres liderando, pero aún lejos de la paridad
El informe pone el foco en un fenómeno conocido como “tijera de género”: aunque las mujeres son mayoría en los primeros tramos de la carrera investigadora, su representación cae conforme aumenta la jerarquía. En los centros públicos de investigación, las mujeres representan el 50 % del personal predoctoral, pero solo el 28 % de las cátedras universitarias y el 26 % de las direcciones de instituto o departamento.
Sin embargo, estos porcentajes muestran una mejora respecto a la edición de 2022, cuando las cifras se situaban en torno al 22 %. Las políticas de igualdad implementadas por los organismos públicos comienzan a dar resultado. Hoy, el 92 % de las universidades y centros de I+D españoles cuenta con planes de igualdad activos, y más de la mitad aplica medidas específicas de conciliación, mentoría o detección de sesgos de género.
La secretaria general de Investigación, Raquel Yotti, destacó durante la presentación del informe que “los avances no son casuales: cuando hay políticas sostenidas y datos transparentes, el cambio se acelera”.
De los laboratorios a la industria
Aunque el informe se centra en el sistema público de investigación, sus conclusiones tienen un eco claro en la industria tecnológica y automotriz. La innovación —base de la competitividad en sectores como la automoción— depende de la transferencia de conocimiento que generan precisamente estas científicas.
La Radiografía del Talento STEM en España 2024 ya advertía que las mujeres representan solo el 34,4 % del personal científico-técnico en empresas, pese a su fuerte presencia en universidades y centros de investigación. Esa brecha entre la ciencia y la industria marca el siguiente desafío: trasladar el talento femenino de los laboratorios al tejido productivo.
Para sectores como la automoción, que afronta su reconversión hacia la electrificación y la digitalización, incorporar este talento no es solo una cuestión de igualdad, sino de supervivencia. Cada ingeniera o investigadora que se integra en la cadena de innovación acelera la capacidad del país para competir en una economía verde y tecnológica.
El informe dedica un apartado a reconocer trayectorias ejemplares. Investigadoras como María Blasco (CNIO), Elena García Armada (CSIC) o Nuria Oliver (ELLIS Alicante) son ejemplos de liderazgo científico con impacto social y económico. Sus proyectos —desde terapias personalizadas hasta exoesqueletos robóticos o algoritmos éticos de IA— demuestran que la ciencia liderada por mujeres no solo produce conocimiento, sino también valor y transformación.
Estas figuras, junto a las más jóvenes que inician sus carreras en universidades y centros tecnológicos, son referentes naturales para futuras generaciones. La visibilidad, insiste el OMCI, es clave para romper inercias y despertar vocaciones STEM entre niñas y adolescentes.
Un liderazgo que trasciende la ciencia
“Científicas en cifras 2025” no es solo un informe estadístico, sino una invitación a la acción. Muestra que cuando se miden las desigualdades y se aplican políticas coherentes, la igualdad deja de ser un discurso y se convierte en una realidad medible.
El reto ahora es asegurar que ese progreso no se quede en los laboratorios. El mismo impulso que está abriendo camino en la ciencia puede y debe trasladarse a la innovación industrial, tecnológica y automotriz.
Porque cuando las mujeres investigan, innovan y lideran, todo el ecosistema avanza más rápido —desde las universidades hasta los concesionarios—.
