Rosemary Penwarden, una activista medioambiental de Nueva Zelanda ha trabajado durante 8 meses para transformar un coche del desguace en un vehículo eléctrico.
Rosemary Penwarden, una activista medioambiental, ha trabajado durante 8 meses en un proyecto muy peculiar: convertir un coche de 29 años en un vehículo eléctrico que funciona con la luz solar. Penwarden, que vive en Nueva Zelanda, ha invertido 24 mil euros en llevar a cabo la actualización del viejo coche, un Honda City del 93.
La activista neozelandesa compró la carrocería en un desguace y lo bautizó como Frida. Tras muchas horas de trabajo, con la ayuda de una amiga, consiguió que, a los 8 meses, Frida pudiera funcionar gracias a la luz del sol. El primer paso fue retirar el motor de combustión e instalar una nueva caja de cambios y un motor eléctrico. Al mismo tiempo, Penwarden colocó 24 baterías en la parte delantera del coche y 56 en el maletero que le permiten a Frida una autonomía de 120 horas.
Reducir la contaminación por su cuenta
Rosemary Penwarden explica que su motivación ha sido conseguir reducir la contaminación en sus acciones diarias, y conducir es una de ellas.
La neozelandesa también se muestra muy orgullosa de haber podido dar cuenta a la sociedad de que es posible transformar las cosas y con ello el mundo en el que vivimos, «el mero hecho de poder demostrar que se puede hacer es algo que no tiene precio».