Inició su vida profesional en Arrol-Johnston, el mayor fabricante de coches de Escocia. Inspiró la creación de Galloway, el primer coche para mujeres.
Dorothée Pullinger fue una de las mujeres más importantes en la industria del automóvil. Nacida en 1894 en la localidad francesa de Saint-Aubin-sur-Scie, hija del ingeniero Thomas Charles Pullinger y Aurélie Bérénice, fue la mayor de 11 hermanos.
Cuando tenía 8 años su familia se mudó al Reino Unido, donde estudió en Loughborough High School, lugar en el que comenzó su afición por el dibujo, que la llevó a trabajar en Arrol-Johnston, el mayor fabricante de coches escocés del momento; compañía en la que permaneció hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, cuando dejaron de producir coches para hacer aviones. Después de la contienda regresó a Escocia, donde fue nombrada directora y gerente de Galloway Motors. La firma creó el modelo Galloway, basado en el Fiat 501, un automóvil diseñado exclusivamente para mujeres, por lo que la mayor parte de las personas encargadas de su creación también eran mujeres.
Una mujer muy avanzada para su época
Todos estos avances en su carrera profesional le permitieron en 1921 ser nombrada como primera mujer miembro de la Institution of Automobile Engineers, después de que rechazase ser miembro asociada.
Fue pionera en lograr que se reconociese la necesidad de crear un modelo de coche orientado a las mujeres y que fuera rentable económicamente. Todo ello en una época en la que los nombres contaban con el poder de los negocios y, especialmente, de la industria del automóvil.