- Apasionada de las motos desde pequeña, Noelia Esteban acaba de convertirse en pionera para formar a futuros motoristas
En 1988 la Guardia Civil abrió sus puertas a las mujeres y, hasta entonces, se han incorporado más de 6.000. Ahora, ha cumplido otro hito, una de ellas se ha convertido en la primera mujer en ocupar el puesto Instructor-Monitor de Conducción de Motocicletas de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil en Mérida.
Se trata de Noelia Esteban, una cántabra apasionada de las motos y atraída por las Fuerzas Armadas desde pequeña que ha estado destinada hasta ahora en Paracuellos de Jarama (Madrid). Este puesto consiste en formar a futuros motoristas transmitiendo su experiencia en carretera. Para ello, es importante ofrecer unas técnicas y habilidades para adquirir una conducción segura, ya que estos son los que ayudarán y protegerán a los conductores que circulan por carreteras españolas.
La presencia de la mujer es cada vez más frecuente en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, un sector hasta entonces masculinizado, y están empezando a ocupar altos cargos que hasta hace relativamente poco era impensable. Todo ha sido posible gracias a esas primeras mujeres que con su valentía y coraje demostraron que esta profesión era válida para ambos sexos.
Una vocación desde muy pequeña
Desde muy temprana edad, la reciente instructora comparte una pasión por las motos hasta que poco a poco se fue profesionalizando. Con 6 años se montó por primera vez en una moto de enduro, con 11 ya iba a circuitos de enduro y motocross y con 15 años a los de motos de enduro con mayor cilindrada. Con la mayoría de edad, ya empezó a conducirlas.
Además, su interés por adentrarse en la Guardia Civil comienza cuando tiene 20 años que, tras acabar sus estudios como Técnico Forestal y Medio Natural, se prepara para acceder a la especialidad del Seprona. Sin embargo, una vez ingresó en el Cuerpo, su pasión por el mundo de las motos se abrió paso y acabó ingresando en la Agrupación de Tráfico.
Finalmente el uso de la moto y la Guardia Civil se convierte en una forma de vida hasta el punto de disfrutar diariamente en su trabajo y no duda en transmitir esa motivación a sus alumnos.