Apasionada por las matemáticas y la física, desde muy pequeña destacó en este ámbito de la ciencia, obtuvo el registro de 10 patentes.
Hoy es una nueva ocasión para conocer la historia de las mujeres que revolucionaron la industria del automóvil. Katharine Burr Blodgett nació en Nueva York en 1898, fue una física e inventora que desarrolló su trabajo en el campo de la ingeniería y química, llegando a convertirse en la primera mujer doctorada en Física por la Universidad de Cambridge en 1926.
Hija de un abogado de patentes que trabajaba en General Electric, estudió en la Escuela Rayson y el Bryn Mawr College, donde ya mostró desde muy temprana edad su interés por matemáticas y física. En una visita a la compañía en la que trabajó su padre conoció al investigador químico Irving Langmuir, que se convirtió en un mentor de su carrera profesional. Master por la Universidad de Chicago con 19 años, desarrolló su tesis sobre la estructura química de las máscaras de gas, ya que eran muy necesarias durante la Primera Guerra Mundial. Gracias a este estudio fue contratada por General Electric como investigadora científica.
Conocimientos aplicados a la automoción
A lo largo de su vida logró 8 patentes en Estados Unidos y 2 en Canadá, además de publicar numerosos artículos relacionados con la investigación. Pero, sin duda, una de sus grandes hazañas fue la invención del cristal no reflejante que surgió en 1933 a través de un método de calibrador del color para medir el grosor de las partículas mono-moleculares, que dio origen en 1938 a este invento tal y como lo conocemos en la actualidad, gracias al que es más segura la conducción en la actualidad.