Además fue el símbolo de lucha de todas las que soñaban con ponerse al volante de un coche y demostrar que podían valer tanto como sus compañeros varones.
La Fórmula 1 ha sido, tradicionalmente, un deporte dominado por hombres, y en sus inicios, había pocas valientes que se atrevían a adentrarse en ese mundo. María Teresa de Filippis fue una de ellas, convirtiéndose en la primera mujer en participar en una carrera de Fórmula 1 en 1958.
La historia de María Teresa de Filippis está llena de superación y coraje. Nacida en 1926 en Nápoles, ya estaba compitiendo en 1948, con tan solo 22 años. En su debut profesional, quedó en primer lugar en los 10 km de Salerno Cava de Tirreni, compitiendo en la categoría de 500 cc de turismos. En los años siguientes, ascendió a la categoría de 750 cc, logrando varios triunfos durante ese tiempo. En los años 1953 y 1954, tomó el volante de un Osca 1100 cc y obtuvo la victoria en las 12 Horas de Pescara, el Trullo d’Oro, el Catania-Etna, así como en carreras en Caserta y Siracusa.
En 1955, se puso al volante del Maserati 2000 A6GCS, con el cual logró un récord que duró tres años en la carrera Catania-Etna. Al final de la temporada, terminó en segundo lugar en la categoría de 2.000 cc.
LA PRIMERA PILOTO EN LA F1
En 1958, María Teresa de Filippis hizo historia en la Fórmula 1 al convertirse en la primera mujer en clasificarse para un Gran Premio. Lo logró con un Maserati 250F privado, el mismo modelo con el que Juan Manuel Fangio había obtenido el título de pilotos el año anterior. Participó en el Gran Premio de Siracusa y se clasificó para el Gran Premio de Bélgica de Fórmula 1, donde terminó en último lugar, pero logró completar la carrera, a diferencia de otros nueve pilotos que tuvieron que abandonar.
En las dos siguientes carreras, en Portugal e Italia, no pudo terminar debido a problemas mecánicos, algo común en esa época. Incluso se le prohibió competir en el Gran Premio de Francia, su primera carrera en la Fórmula 1, debido a su condición de mujer. El director de carrera argumentó que “el único casco que una mujer debe usar es el de la peluquería”.
María Teresa de Filippis se retiró en 1959 después de la muerte de un buen amigo suyo, Jean Behra, en la carrera de Avus en Berlín. Behra conducía un coche con motor Porsche, ya que ella no se había clasificado. Aunque no era la primera vez que perdía a un amigo en las carreras, María Teresa de Filippis decidió que era suficiente y optó por retirarse.
Años más tarde, en 1979, se unió al Club Internacional de Antiguos Pilotos de Fórmula 1, donde se desempeñó como vicepresidenta en 1997. También fue presidenta del Club Maserati. Esta pionera de la máxima competición automovilística falleció en 2016 a los 89 años de edad, dejando un legado importante al abrir las puertas a otras mujeres en la máxima competición automovilística.
Aunque María Teresa de Filippis solo completó 85 vueltas en Grandes Premios de Fórmula 1, lo que equivale a 682 kilómetros, fue una fuente de inspiración para todas las mujeres en el mundo de las carreras, y no se dejó intimidar por las adversidades que encontró.
Hoy recordamos a María Teresa de Filippis, quien no solo fue la primera mujer en participar en una carrera de Fórmula 1, sino que también se convirtió en el símbolo de lucha para todas aquellas que soñaban con tomar el volante de un coche y demostrar que eran tan capaces como cualquiera de sus compañeros varones.
