La brecha digital no se limita únicamente al acceso a Internet, sino que también abarca la alfabetización digital y afecta al 52 % de las mujeres y al 42 % de los hombres.
Con el confinamiento de 2020 muchas personas se vieron obligadas a reconfigurar sus formas de trabajo, lo que dio lugar a la consolidación del concepto de “teletrabajo”. Del mismo modo, tanto estudiantes como personal docente se vieron desafiados a dar un paso adelante y adaptarse a las nuevas tecnologías para la educación en línea.
No obstante, mientras que muchas personas lograron adaptarse gracias al acceso a Internet, una dura realidad sigue afectando a nuestra sociedad: la brecha digital. Según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de las Naciones Unidas, y recogidos por La Vanguardia, aproximadamente 2.900 millones de personas, lo que representa casi la mitad de la población global, carecen de acceso a la red.
Esta disparidad en el acceso a Internet y a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se conoce como la “brecha digital”. Dicha brecha afecta al 52 % de las mujeres y al 42 % de los hombres. Sin embargo, esta desigualdad se acentúa cuando consideramos regiones específicas. Por ejemplo, mientras que el 88.4 % de los europeos y el 93.4 % de los norteamericanos están conectados, solo el 43.1 % de la población de África tiene acceso a la red.
A pesar de la expansión de las redes 4G y 5G que han llegado a la mayoría de las partes del mundo, persiste una gran disparidad tecnológica entre naciones y comunidades. La brecha digital no se limita únicamente al acceso a Internet, sino que también abarca la alfabetización digital, es decir, la capacidad de adquirir competencias para aprovechar las nuevas tecnologías en ámbitos educativos, económicos y sociales.
Las causas de esta brecha digital son variadas y complejas, y abarcan desde la falta de infraestructura tecnológica en ciertas áreas hasta desafíos socio-económicos que dificultan el acceso a dispositivos y la adquisición de habilidades digitales. Es un problema que requiere esfuerzos globales para garantizar un acceso equitativo a las oportunidades que ofrecen las TIC.
CUÁLES SON SUS CAUSAS
Las razones que subyacen en la brecha digital abarcan desde el elevado costo de los dispositivos hasta la carencia de habilidades para su empleo, así como la deficiente infraestructura. Esta disparidad se manifiesta en múltiples facetas, tales como la falta de acceso, la falta de uso y la deficiencia en la calidad de utilización de la tecnología.
Para evaluar la capacidad de la ciudadanía en relación con el acceso y la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ha diseñado el Índice de Acceso Digital (IAD), considerando factores como la calidad, la infraestructura, el conocimiento, la accesibilidad y el uso.
Los impactos de la brecha digital son de gran envergadura y acarrean consecuencias negativas en ámbitos como la pobreza, la exclusión social, la educación, el empleo y la igualdad de género.